According to an analysis of S&P Global, copper supply shortages could become a major destabilizing factor for international security in the 21st century.
El cobre es un material muy utilizado en la industria y la construcción. So, su precio se considera un indicador de la actividad económica. Cuando la economía está en expansión, la demanda de cobre tiende a aumentar. While, cuando la economía se contrae, la demanda disminuye.
Being the material conductor más utilizado, el cobre es fundamental para todos los planes de transición energética. A medida que se intensifique la transición energética, se espera que la brecha potencial entre la oferta y la demanda sea muy grande.
La sustitución y el reciclaje de los conductores de cobre no serán suficientes para satisfacer la demanda de cables de transmisión de energía utilizados en grandes cantidades en los vehículos eléctricos, las infraestructuras eléctricas y la generación de energía renovable.
El cobre se enfrenta actualmente a diversos riesgos, como la geopolítica, la elevada inflación, la epidemia de COVID-19, la adopción más lenta de lo previsto de las tecnologías verdes y la sustitución de los metales industriales. La escasez de cobre ejercerá una presión sin precedentes sobre la cadena de suministro.
Las nuevas minas de cobre desarrolladas en Chile, Peru, Mongolia y África Central aportarán un suministro adicional de cobre, tendencia que se mantendrá hasta 2024. Chile y Perú, for example, juntos representan aproximadamente 2/5 de la oferta mundial de cobre y 1/3 de las reservas. Nevertheless, también han demostrado la inestabilidad de la regulación. Esto ha hecho dudar a los posibles promotores de proyectos y a los propietarios de activos.
Según las previsiones de Bloomberg, el crecimiento mundial de las minas de cobre será elevado en 2021-2023. In 2021, 2022 Y 2023 se prevé un crecimiento del 4,32%, 2,75% Y 3,19% respectively. En términos de producción real, la liberación incremental de las minas de cobre en 2021 es mucho menor de lo esperado. Según estimaciones anteriores, se esperaba que la mina de cobre mundial aumentara su producción en 916.000 toneladas en 2021, con una tasa de crecimiento del 4,32%.
Nevertheless, las estadísticas reales sólo aumentaron la producción en unas 550.000 tons, con una tasa de crecimiento del 2,7%. Las razones principales son la epidemia, las huelgas y otros factores que afectaron a los minerales.
S&P señala en su informe que el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas in 2050 no se cumplirá a menos que se produzcan a tiempo nuevos suministros de cobre. Según la empresa, se prevé que la demanda de cobre pase de los 25 millones de toneladas actuales a unos 50 million in 2035. Este nivel récord continuará y seguirá creciendo hasta alcanzar los 53 million tons in 2050.
El informe predice la el brecha entre la oferta y la demanda mundial de cobre a largo plazo. Esta comenzará a mediados de siglo y tendrá graves consecuencias para la economía mundial y afectará al calendario para lograr las cero emisiones netas en 2050.